Así, tradicionalmente, el cuscús es una mezcla inteligente de sémola fina, sémola gruesa, harina y agua. Y a la que a veces se añaden garbanzos. Hoy, gracias a los avances técnicos en la fabricación, disponemos de sémola precocida. Es cierto que sólo se trata de sémola industrial, pero tiene el mérito de ahorrarnos mucho tiempo. Pero si aún así quieres utilizar sémola artesanal, la encontrarás en tiendas de comestibles orientales o especializadas.
Originalmente, la receta del cuscús sólo incluía una variedad de carne. Podía ser de carnero, camello, pescado, pollo, … etc. Y, en general, se preferían las piezas que se cocinaban a fuego lento. En cuanto a las verduras, dependía de lo que se tuviera a mano o incluso de la temporada: calabacines, zanahorias, patatas, pimientos, calabaza, nabos, acelgas, apio, col, … etc. En cuanto a las especias, el ras-el-hanout y la harissa se utilizaban fácilmente. Y dependiendo del tipo de cuscús, se podrían utilizar otras especias como jengibre, canela o diferentes pimientas. Por último, se pueden añadir pasas o cebollas caramelizadas al plato.
La preparación tradicional de la sémola sigue normas y procedimientos muy elaborados. Por lo tanto, la sémola cruda debe estar ya preparada. Ésta se extiende en un plato grande para que se trabaje mejor. Se vierte sobre ella un chorrito de aceite de oliva y se pela la sémola con los dedos. El aceite de oliva hará que las semillas se separen unas de otras. A continuación, se añade agua (preferiblemente fría para no empezar a cocer) y se vuelven a enrollar las semillas entre las palmas de las manos. El agua empezará a hacer que la sémola cruda se hinche y esto facilitará la cocción. A continuación, dejar una breve pausa antes de cocer la sémola al vapor. Lo ideal es ponerla en un paño y cubrirla con él, antes de ponerla en la cesta de cocción al vapor. El tiempo de cocción es de unos 15 minutos. A continuación, se vierte de nuevo el cuscús en la gessra y se rehoga añadiendo un poco de agua. A continuación, se vuelve a poner en la cesta de vapor durante otros 15 minutos. Esta operación puede repetirse 2 ó 3 veces. Y en la cocción final, se añade una especie de mantequilla rancia (el «smen»), se desgrana por última vez y ya está listo.
Tenga en cuenta que esta técnica de cocción no es adecuada para la sémola precocida, ya que sólo es necesario un paso de cocción. En cuanto a la mantequilla rancia utilizada para dar un sabor particular a la sémola, puede sustituirse por mantequilla normal. Y por último, se puede salar o no la sémola, pero es como la cuestión de salar o no el agua de la pasta: es una cuestión de gustos.