A pesar de los progresos realizados, una de cada diez niñas de 7 a 12 años no asiste a la escuela en las zonas rurales y el 14,8% de las niñas de 15 a 24 años son analfabetas, frente al 7,2% de los niños de la misma edad. En 2014, seis de cada diez mujeres rurales seguían siendo analfabetas, frente al 35,2% de los hombres rurales y el 30,5% de las mujeres urbanas.
Según datos de la Encuesta Nacional de Empleo 2018, la tasa de actividad de las mujeres apenas alcanza el 22,2% en todo el país. Representa, en términos relativos, algo menos de un tercio de la de los hombres (70,9%).
Además, las mujeres experimentan el desempleo con mayor intensidad que los hombres. Su tasa de desempleo, cada vez mayor, sigue siendo muy superior a la de los hombres (14% frente a 8,4% en 2018). La actividad femenina también se caracteriza por su precariedad. En 2017, casi el 40,5% de las trabajadoras ocupadas (frente al 9% de los hombres) son cuidadoras no remuneradas.
Además, sólo el 8,9% de los empresarios y el 14,1% de los trabajadores independientes en Marruecos son mujeres. Más de una cuarta parte de los jóvenes de 15 a 24 años, es decir, 1,7 millones de jóvenes marroquíes, no trabajan, no van a la escuela y no reciben formación; el 80% de ellos son mujeres. El acceso de las mujeres marroquíes a los altos cargos y puestos de responsabilidad en la administración pública rondaba el 22% en 2016. Están representadas por 81 mujeres de los 395 diputados del Parlamento.