Datos Sobre la Gente De Marruecos

INTRODUCCIÓN

La gente de Marruecos son personas de origen marroquí. Al igual que los argelinos, tunecinos y libios, son en su mayoría de origen bereber, árabe o árabe-bereber. A nivel mundial, la diáspora marroquí está presente en varios países del mundo, pero principalmente en Francia y España.

Además de ser más de 36 millones en Marruecos en 2018, también cuentan con una diáspora en Europa, Norteamérica y otros países y territorios del mundo. Es un país con una sociedad multiétnica, que ha acogido y combinado a lo largo de su historia numerosas etnias además de bereberes, fenicios del Este, aportaciones del Sur (subsaharianos) y del Norte (romanos, andalusíes o judíos). Aunque la religión musulmana es ampliamente mayoritaria, varias religiones han sido y/o siguen siendo minoritarias e infinitamente practicadas, como el animismo, el judaísmo y el cristianismo.

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HISTORIA DE La Gente De Marruecos

Los textos griegos y latinos dan al actual gente de Marruecos diversos nombres. Tras la conquista romana, a principios de la era cristiana, el contacto fijará Barbarus (de donde bereber), según la división latina del mundo. Solidario con el Imperio, el país sufre las invasiones bárbaras: los Vándalos ocupan la región de Tánger. Después, Marruecos permanece en el movimiento bizantino. En 682, ¡llegan los árabes! Procedentes de Túnez, islamizan la región, que ponen bajo la soberanía del califato omeya de Damasco. Este último encontró allí un sólido campamento base para la invasión de España.

A finales del siglo VIII, Idriss, descendiente del yerno del Profeta, encuentra refugio en Marruecos. Reconocido su poder por las tribus, unifica el país e instala su capital en Fez. Los Idrissides dan tonus a sus posesiones y acabarán sustituyendo a los Omeyas en España. En el siglo XII, los bereberes almorávides toman el poder en la punta de la cimitarra y fundan Marrakech. Luego pasan con el siglo. En el turno de los almohades. Los rudos. En España, la proverbial crueldad de Almanzor se refiere a uno de ellos: Al Mansour. Pero no puedes labrarte una reputación en el extranjero y ocuparte de tus asuntos domésticos. A mediados del siglo XIII, los Beni Merin se hicieron con los mandos. En España, la Reconquista reconquistó y los meriníes perdieron su punto de apoyo y Cádiz, Sevilla, Córdoba… La toma de Granada en 1492 y una grave peste pusieron fin a la aventura.

El siglo XVI será el de los árabes Beni Saad. Vuelven a tomar las riendas: ¡fuera los portugueses, fuera los españoles, por aquí Tombuctú! Pero esto no dura y los Alaouites, descendientes de Ali, vienen. Proporcionan un gran hombre. Moulay Ismaïl reinará sesenta años en Marruecos (1672-1727). Perfecciona la casa emprendida por sus predecesores, crea una administración y un ejército profesionales, fortifica la ruta del oro hacia Senegal y se convierte en el primer representante oficial de Luis XIV. En el siglo XIX, Marruecos apoya a Abd-el-Kader contra Francia. Buen espíritu, mal cálculo: Francia y España imponen tratados desiguales sin ser demasiado duros. En la primera revuelta bereber, es la llamada a Francia y la instauración del protectorado (1912). La colonización comienza a lo grande con Lyautey (construcción de carreteras, urbanismo, valorización del campo y cierta inteligencia de dominación). Sus sucesores son de menor alcance. Francia sufre. La Segunda Guerra Mundial le confiere un papel de trampantojo. Ha perdido la mano. Mientras tanto, la idea nacional se abre camino en Marruecos. Estados Unidos está a favor de la independencia. La independencia de Marruecos fue reconocida en 1956. El sultán Mohamed V redacta una constitución que introduce al país en la era moderna. Es Hassan II quien se hace cargo de la puesta en escena, con resultados contrastados, pero el Reino desempeña su papel en el concierto de las naciones. Mohammed VI sube al trono en 1999. Liberaliza la vida política y se interesa por los problemas sociales. Al igual que Juan Carlos en España, emprendió una fuerte acción política nada más llegar al poder y luego se retiró ligeramente. Con idéntico resultado: la popularidad del rey es inmensa.

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RELIGIÓN

La gente de Marruecos practica el islam suní, la gran mayoría en el mundo musulmán. Sus ritos pertenecen a la escuela malequita, que propugna una interpretación bastante flexible del Corán, así como una amplia tolerancia. Sin embargo, las antiguas creencias de los bereberes se reflejan a veces en algunas peregrinaciones. El culto a los morabitos puede hacer pensar en nuestro culto a los santos, aunque el Islam lo rechaza. Los morabitos son personalidades bastante benévolas que se utilizan como intercesores para dirigirse a Dios.

La gente de Marruecos en el extranjero

La diáspora marroquí es La gente de Marruecos que vive fuera del país. Es la consecuencia directa y conjunta del alto índice de emigración que ha experimentado Marruecos desde su independencia en 1956.

Número de marroquíes residentes en el extranjero

  • Francia 1 314 000
  • España 1.000.000
  • Bélgica 700.000
  • Países Bajos 450 000
  • Israel 425 000
  • Italia 432 000
  • Estados Unidos 300.000
  • Canadá 100.000
  • EAU 100 000
  • Alemania 100 000
  • Inglaterra 70 000

Cultura de la gente de Marruecos

La población es de origen bereber amazigh y árabe. Los marroquíes se expresan mayoritariamente en el dialecto marroquí del árabe y con otros dialectos que difieren de una región a otra, con algunas hablas específicas de las ciudades y otras rurales. En el árabe escrito, el árabe clásico sigue siendo valorado y dominante sobre todo para los administrativos. Las lenguas bereberes, tamazight, tashelhit y tarifit, se practican sobre todo en sus regiones de origen, respectivamente el Atlas, el valle del Souss y el Rif. A ellas se añaden los dialectos árabes del Sáhara, por ejemplo el hasanía.

Lengua hablada

Además del árabe, el francés se habla con mucha fluidez. El bereber, dominante en las montañas, está bastante presente en las ciudades.

Etnicidad

Generalmente se cree que Marruecos está poblado por árabes y bereberes. Es cierto que estos dos grupos son dominantes, aunque no son los únicos. Los árabes constituyen aproximadamente la mitad de la población. Procedentes de las tribus conquistadoras, son esencialmente habitantes urbanos. Los bereberes (primeros ocupantes de Marruecos, su nombre procede del latín barbarus), en cambio, forman el grueso de la población de la montaña y el desierto. En general, se distinguen cuatro grupos, que hablan cuatro variantes de la lengua bereber: los rifeños, el grupo del Atlas Medio, los bereberes del Alto Atlas y los grupos nómadas de las provincias meridionales (esencialmente los reguibat). Aunque hablan una lengua próxima al tamachek, los reguibat no son tuareg. Para un occidental, la diferencia más visible entre ellas es la silla de montar; la del Reguibat tiene forma de concha y su ornamentación es más sobria. Una anécdota sobre los bereberes del Alto Atlas, que son esencialmente chleuhs. Su reputación de guerreros indomables es tan proverbial que su nombre se convirtió, durante la Primera Guerra Mundial, en el apodo dado a los soldados alemanes. La población judía sigue siendo numerosa y goza de una sólida posición económica. Es cierto que Marruecos siempre ha sido muy tolerante con los judíos, que nunca han sufrido ningún avance y están perfectamente integrados. Por último, cabe destacar dos poblaciones minoritarias: los occidentales (más de 100.000 personas) y, en el sur, los haratines, descendientes de los esclavos de las poblaciones nómadas.

Fiesta Nacional

Días festivos nacionales (estos días festivos se calculan según el calendario gregoriano): – 1 de enero: Año Nuevo. – 11 de enero: Manifiesto de la Independencia. – 1 de mayo: Día del Trabajo. – 30 de julio: Día del Trono. Es la fiesta civil más importante de Marruecos. – 14 de agosto: Lealtad del uadi Eddahab. – 20 de agosto: Aniversario de la revolución, del rey y del pueblo. – 21 de agosto: Fiesta de la Juventud (cumpleaños del rey). – 6 de noviembre: Aniversario de la Marcha Verde. – 18 de noviembre: Día de la Independencia.

Calendario festivo

Fiestas religiosas (no son festivos, pero suelen estar en paro, y se calculan según el calendario lunar, por lo que sus fechas cambian cada año): – Ramadán (en 2011 tendrá lugar del 1 al 30 de agosto). – Eid el-Fitr (o Eid el-Seghir) marca el final del Ramadán. – Eid el-Kebir (o Eid el-Adha) conmemora el sacrificio de Abraham. – Ashoura conmemora el asesinato de Hussein y los muertos en general. – El Mouloud celebra el nacimiento del Profeta.

Política

La Gente de Marruecos que vive en Marruecos está sometida a una monarquía constitucional. El Parlamento es bicameral: una cámara de 325 diputados, elegidos cada cinco años por sufragio universal, y una cámara de 270 consejeros, elegidos por sufragio indirecto por las autoridades locales, las organizaciones profesionales y los sindicatos, de los que un tercio se renueva cada nueve años.

Famosos entre la gente de Marruecos

Además del rey y los distintos sultanes, mencionaremos a los dos grandes escritores Tahar Ben Jelloun (nacido en 1944) y Driss Chraibi (1926-2007). Son la parte visible de una vida cultural muy intensa. Añadamos también al gran atleta Hicham El Guerrouj (nacido en 1974), mediofondista, doble campeón olímpico, cuatro veces campeón del mundo, varias veces plusmarquista mundial (1.500 m, 2.000 m, milla). Además, todos los marroquíes escuchan las canciones de Nas El Ghiwane, un grupo nacido en Casablanca en los años 70; estos músicos utilizan instrumentos tradicionales y se inspiran en las tradiciones marroquíes y arábigo-andaluza, pero sus textos reflejan poéticamente las preocupaciones contemporáneas de sus coetáneos. Es inevitable evocar a algunos occidentales como el mariscal Lyautey (1854-1934), que sentó las bases del Marruecos moderno, o el pintor Jacques Majorelle (1886-1962), que tanto contribuyó a dar a conocer Marrakech.

Saber-vivir

La propina queda a su discreción. Para todas las personas que intervienen en el marco de los servicios adquiridos a través de nosotros, tiene la seguridad de que nunca sustituirá al salario. No obstante, es costumbre en casi todos los países del mundo dar una propina cuando se está satisfecho con el servicio.

Para los conductores, le aconsejamos, como mínimo, el equivalente a 2 ó 3 euros por día y por persona. Para los guías, recomendamos el doble de esta cantidad. Por regla general, lo mejor es ajustar la propina a la economía local: el precio de un refresco o de un té, de un paquete de cigarrillos, le dará una idea del nivel de vida y le permitirá, como hace naturalmente en casa, estimar su importe. 2 euros por persona en concepto de maleteros y el 5% de la cuenta por el servicio de restaurante entran dentro de la norma. Como punto de referencia, también puede anotar las siguientes cifras: un guía francófono puede ganar 350 dirhams (unos 32 euros) por jornada laboral; un guía de «espacios naturales», también; un conductor, 2.000 dirhams (unos 180 euros) al mes. No obstante, si se da el caso, hay que evitar la mendicidad, sobre todo la de los niños. Si se desea ayudarles proporcionándoles, por ejemplo, material escolar, es preferible entregar estos útiles al maestro del pueblo o del barrio, que podrá entregarlos a los más necesitados. Marruecos es un país musulmán y, como tal, impone el respeto de algunas normas particulares de buenas maneras: – en general, hay que descalzarse antes de entrar en una habitación; esto es imperativo cuando se ven zapatos dejados cerca de la puerta; – las mujeres, en particular, deben evitar la ropa provocativa; – siempre hay que aceptar el té a la menta, gesto de hospitalidad; – si se es invitado a compartir una comida familiar, hay que esperar a que el dueño de la casa haya dicho «bismillah» antes de empezar a comer; – si uno es invitado a compartir una comida con la familia, debe esperar a que el dueño de la casa haya dicho «bismillah» antes de empezar a comer. («en el nombre de Dios»); se probará todo sin creerse obligado a acabarse el plato; – no se criticará la organización marroquí, la religión o la monarquía; – nunca se fotografiará a una persona sin haberle pedido autorización; – el Ramadán es practicado por todos los marroquíes (y, por tanto, por las personas que conocerá durante su estancia); durante el mes de ayuno, los musulmanes tienen prohibido beber, comer o fumar desde el amanecer hasta la puesta del sol, se deben respetar las cinco oraciones rituales; los viajeros evitarán beber, comer o fumar en público durante el día y aceptarán las paradas y restricciones relacionadas con la ruptura del ayuno. Además, los no musulmanes tienen prohibida la entrada en la mayoría de las mezquitas y lugares sagrados de Marruecos. Sin embargo, hay algunas excepciones como la mezquita de Hassan II en Casablanca, el mausoleo de Mohamed V en Rabat, el mausoleo de Moulay Ismaïl en Meknes o el mausoleo de Moulay Ali Chérif en Rissani (no obstante, sólo el patio y los patios de estos dos últimos lugares pueden ser visitados por los no musulmanes).

COUSCOUS

Comprar

Marruecos es un país con una artesanía magnífica y extraordinariamente variada. De las alfombras a la orfebrería, del cuero a la carpintería, lo difícil suele ser elegir. Recordemos también que el regateo es una práctica fundamental del comercio marroquí, sobre todo en los zocos.

Las alfombras: siempre que se tome su tiempo para elegirla y negociarla, una alfombra de lana es probablemente una de las compras más bellas que se pueden hacer en Marruecos. Se distinguen las alfombras de ciudad, en particular las de Rabat, a menudo decoradas con un motivo central, la kouba, de las alfombras rurales, decoradas o lisas, de colores diferentes según su origen. Los kilims son alfombras tejidas. A evitar: Alfombras sintéticas, que han aparecido en los últimos años, sobre todo en la región de Ouarzazate. Artículos de cobre y bronce: los más famosos son las placas cinceladas, grabadas o martilladas.

Joyas: la mayoría son de plata. Las joyas antiguas tuareg, o de colección, son extremadamente raras, pero los artesanos marroquíes realizan copias muy bellas (que se adquieren a precio de ejemplar). Por otra parte, se encuentran en Marruecos muchas joyas fabricadas en India, Indonesia o Níger. Minerales y fósiles: también en este campo se impone la prudencia. En su mayoría, los minerales y fósiles que se ofrecen son falsificaciones.

Cuero: antigua tradición marroquí – ropa, bolsos, pufs, zapatillas, sandalias… Estos artículos suelen ser baratos (sin embargo, hay que prestar atención a la calidad del cuero utilizado).

Madera: otra tradición ancestral, el trabajo de la madera, ya sea ebanistería o marquetería, es una de las grandes especialidades de los artesanos marroquíes. Podrá admirar su trabajo en los zocos de Marrakech y Essaouira.

Las alfarerías: en Fez, Meknes, Safi y Marrakech se encuentran los mejores alfareros de Marruecos. Maestros en el arte de la copia, le deslumbrarán con la belleza de sus platos (gothar o mokfia), sus jarras (khabia), sus mantequeras (gellouch) o sus cántaros (ghorraf).

Cestería: Cestas bereberes, cestos, bolsos de todos los tamaños, cestos, posavasos, sombreros, los cesteros marroquíes saben de todo.

Cocina

El tajine no es más que el plato en el que se cocina el guiso que lleva su nombre. Una base de carne (cordero, pollo) y todas las verduras que el cocinero quiera añadir, limón confitado con berenjena y almendra con ciruela pasa. Además de especias, cuidadosamente dosificadas. De hecho, un tagine nunca es igual dos veces. Otro gran clásico, el couscous, que se come salado o dulce-salado. Es bueno cuando la sémola es buena. Las pastillas son un plato festivo; son láminas de ladrillo rellenas de pichón, pollo, pescado o fideos. Los marroquíes aprecian especialmente la harira, o sopa de garbanzos, y la bissara, sopa de alubias. A esta base de legumbres se añaden especias, condimentos y carnes, convirtiendo estas sopas en comidas completas. Tantas verduras como ensaladas: pepinos, tomates, pimientos, zanahorias, remolachas, se utiliza toda la gama. Por último, para los que aún tienen un poco de hambre, la repostería es generalmente a base de almendras y endulzada con miel.

Bebida

Té de menta, por supuesto. Bebido en todas partes, propuesto constantemente, pertenece a la tradición marroquí. Si quiere tomarse una cerveza, busque un bar: sirven bebidas alcohólicas, cosa que no ocurre en los cafés (ni en algunos hoteles o pensiones…).

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